Señores y señoras... ¡Sean ustedes bienvenidos!

El bebé recién nacido llora de desconsuelo al darse cuenta de que ha dejado atrás su pequeña cueva de comfort y ha llegado el momento de enfrentarse al exterior. Llora y gime mientras es acariciado y limpiado por una desconocida con un horrible tapabocas. Grita "¡Epa, qué confiancitas, ¿eh?!" y parece no ser escuchado siquiera. Observa horrorizado cómo un energúmeno de cabeza cubierta lo ataca con unas tijeras, cortando de tajo toda conexión con su yo anterior. "¡Eh, no tires eso! ¡Planeaba disecarlo! Ah, mierda... ¿Qué aquí nadie habla español?" Aquel asesino de cordones umbilicales le dice después a su madre, como si todo estuviera bien: "Su hijo está perfectamente sano."

¿Sano? ¿Es acaso una broma? Al pequeño le acaban de horadar el ombligo sin anestesia general, lo trajo al mundo un hombre que vive de toquetear las partes privadas de su madre, su papá coquetea con la enfermera pidiéndole un baño y el trauma que le causará que su primer contacto físico con alguien haya sido una nalgada será irreparable... Ajá, el niño está perfectamente sano, ¡y si mi abuelita tuviera malta sería un corn flake!

A primera vista, el mundo parece aterrorizante. ¿Podrá acaso el niño crecer a salvo? ¿Se convertirá en un flamante empresario o venderá pastillitas de menta en el metro Etiopía? ¿Conseguirá una novia hermosa e inteligente o terminará presumiendo un estandarte con el lema "Hoyo... aunque sea de pollo"? ¿Tendrá una familia feliz o su padre conseguirá al cabo de unos pocos años aquél tan deseado baño de esponja? Todo esto (¡y más!), descúbralo en ...Y si mi abuelita tuviera malta, sería un corn flake..., éste, su blog, mi blog, nuestro blog... no, de hecho sí es mío.

miércoles, 28 de abril de 2010

Correspondencia desde Nebraska

Paul Fonzy desde Omaha, Nebraska nos escribió (ésta es, claro está, una traducción del inglés):

A ...Y si mi abuelita tuviera malta, sería un corn flake...:

    Antier leí la primera entrega de "Aprendiendo a comunicarse" y la puse en práctica inmediatamente, al principio con ánimos y poco después con frustración. Siempre he sido una persona con graves problemas para comunicarme con los demás: cuando pido la cuenta en un restaurante me traen un pastel y me cantan las mañanitas. No entiendo qué es lo que sucede, la gente parece simplemente no entender nada de lo que les digo. Muchas amigas han dejado de hablarme después de creer que estaba alabando su derrière cuando en verdad sólo les estaba preguntando cuál era la tarea. ¡Hasta me implantaron senos en una supuesta operación para enderezarme el tabique! Mi vida, como pueden ustedes imaginarse, ha resultado una pesadilla... Estudié una carrera que no quería estudiar, trabajo en un lugar que detesto, me casé con una mujer digna de una pintura de Picasso, tengo 3 hijas cuando yo lo único que quería era tener unos canarios... Cada vez que voy de viaje llego a un lugar totalmente diferente del planeado, y he tenido que cambiar ya 6 veces de lugar de residencia porque me resultaba simplemente imposible regresar en avión a donde vivía. Recibo agradecimientos cuando otorgo insultos y recibo insultos cuando otorgo agradecimientos. Una de mis hijas incluso intento suicidarse luego de que le di unas palabras de aliento. ¡Vamos, no puedo ni pedir una pizza, pues le traerían una coca cola grande a mi vecino!
    Es por eso que cuando me enteré de que había un curso totalmente gratuito para aprender a comunicarse, no dudé ni un instante en leerlo. ¡Pero las cosas no parecen mejorar! Nadie parece entenderme de todas maneras: me miran unos momentos con interés y en unos segundos, repentinamente, abren los ojos con consternación. Mis hijas siguen haciendo exactamente lo contrario de lo que les aconsejo y mi esposa se siente ofendida cuando halago su vestimenta. ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo puedo solucionar este horrible dilema? ¡Ayúdenme, pues no puedo seguir viviendo así!

-Paul Fonzy-



Querido Paul Fonzy:

    Nos gustaría mucho ayudarte, pero realmente no entendemos cuál es tu problema. Por favor escríbenos cuando tengas un conflicto real.

-...Y si mi abuelita tuviera malta, sería un corn flake...-

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